Varios estudios han sugerido una correlación entre la radiofrecuencia y la fertilidad masculina.
En la época actual, en la que las conexiones, las relaciones y las personas están al alcance de un clic, parece inconcebible imaginar a un individuo sin celular. Bien sea para comunicarse, navegar por redes sociales, tomar fotografías o, simplemente, para escuchar algo de música, el teléfono móvil es un infaltable en la vida de muchos sujetos.
Como objeto indispensable que es, las personas siempre quieren tenerlo a la mano. Entre más cerca, mucho mejor; esa es por lo general la regla que impera en el dinámico y activo mundo digital.
¿Y qué mejor lugar para obtener esa proximidad que en el bolsillo del pantalón? Un lugar que no solo resulta de fácil acceso para el propietario, sino que también tiende a ser muy práctico: no puede negar que es mucho más cómodo estirar la mano y sacar el celular del bolsillo, que tener que batallar con las cremalleras de los bolsos, las riñoneras ajustadas y los escondites incómodos.
Si bien el bolsillo del pantalón es el lugar preferido por muchas personas para guardar su dispositivo móvil -sobre todo para los hombres, que encuentran en ese espacio una solución a la falta de carteras de mano-, la realidad es que los expertos no lo recomiendan por una insólita razón: el efecto de la radiación de los celulares puede tener consecuencias devastadoras sobre la fertilidad masculina.
Los teléfonos celulares emiten radiación de radiofrecuencia electromagnética (RF-EMR) para transmitir datos para redes sociales, navegación web y transmisión de audio. iStock© Proporcionado por El Tiempo
Así lo han demostrado varios estudios recientes, que se dieron a la tarea de realizar pruebas in vitro, comparar hallazgos y realizar revisiones científicas respecto al tema. Si el bolsillo es su mejor aliado a la hora de guardar el celular, mejor querrá buscar otro lugar.
El culpable: la radiación de radiofrecuencia electromagnética (RF-EMR)
A simple vista, los teléfonos celulares parecen inofensivos; sin embargo, no lo son en absoluto. De acuerdo con un estudio reciente, cuyos resultados fueron presentados en la reunión de la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva de 2022, los dispositivos móviles emiten radiación de radiofrecuencia electromagnética (RF-EMR), lo que les permite transmitir datos para redes sociales, navegación web y transmisión de audio.
La RF-EMR, entonces, no es más que una forma de energía electromagnética que, a menudo, se encuentra presente en los rayos X, los hornos microondas y los aparatos de telecomunicaciones como, por ejemplo, los celulares, computadores y televisores.
Puede dividirse en dos: radiofrecuencia ionizante, como la de radioterapia, y no ionizante, presente en los dispositivos móviles. Esta clasificación se da en función de si las ondas son capaces de ionizar los átomos y la ruptura de enlaces químicos en el ADN.
La radiación electromagnética se transmite en forma de ondas que viajan a la velocidad de la luz. iStock© Proporcionado por El Tiempo
En el caso específico de los celulares, estos constituyen transmisores de radiofrecuencia de baja potencia -es decir, no ionizante-, pues “funcionan en un intervalo de frecuencias de entre 450 y 2700 MHz, y tienen un pico de potencia que va de 0,1 a 2 vatios”, según indica la Organización Mundial de la Salud.
Mientras que los celulares de segunda, tercera y cuarta generación (2G, 3G y 4G) usan frecuencias de entre 0,7 y 2,7 gigahercios (GHz); los celulares de quinta generación (5G) utilizan de hasta 80 GHz, de acuerdo con el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos.
Aunque la radiación de los celulares no se compara con la de los rayos X o gamma -cuyas frecuencias son más altas-, los riesgos tampoco deben minimizarse. Al menos, no deberían hacerlo los hombres, quienes están expuestos a la alteración de su fertilidad.