Según sus datos, la vacuna consiguió una reducción del 44% en la tasa de recurrencia del melanoma y de mortalidad asociada
La farmacéutica estadounidense Moderna anunció este martes resultados prometedores en pruebas preliminares de su vacuna contra el cáncer, que al combinarse con un tratamiento de la compañía MSD ha contribuido a evitar la reaparición de melanomas en pacientes que habían sido operados de este tipo de cáncer de piel.
En un comunicado, las dos empresas explicaron que el uso de la vacuna de ARN mensajero junto al medicamento Keytruda redujo en un 44% el riesgo de los pacientes a recaer o a morir con respecto a cuando se utiliza ese tratamiento contra el cáncer por sí solo.
“Los resultados de hoy son muy esperanzadores para el campo del tratamiento del cáncer”, señaló en la nota Stéphane Bancel, el consejero delegado de Moderna, que anunció que la compañía va a proceder con un estudio más amplio para confirmar estos datos y con otros ensayos sobre melanomas y distintos tipos de cáncer, informa Efe.
La vacuna usa la tecnología del ARN mensajero, la misma que Moderna utilizó para desarrollar su vacuna contra el Covid-19, y la empresa cree que puede aprovecharla para personalizar tratamientos contra el cáncer.
En este caso, la vacuna se ha combinado con Keytruda, un medicamento desarrollado por MSD (conocida como Merck en Estados Unidos y Canadá) para tratar el cáncer.
Según las empresas, en los ensayos -en los que participaron 157 pacientes- un 14,4 % sufrieron efectos adversos serios vinculados al tratamiento con los dos tratamientos combinados, frente a un 10% en el caso de los que sólo recibieron Keytruda.
Moderna y MSD anunciaron que van a discutir los resultados con las autoridades reguladoras y que planean iniciar en 2023 un estudio de fase III con pacientes con melanoma.
“Lo importante de esta noticia es el potencial que tiene esta terapia, la posibilidad de personalizar vacunas dirigidas a alteraciones específicas del paciente. Lo interesante es el concepto: una vacuna personalizada. Introducen 34 alteraciones que puedan tener estos pacientes (neoepítopos) y esto combinado con inmunomoduladores. Las respuestas son interesantes: se reduce la posibilidad de recurrencia o muerte en un 44 %”, ha señalado Marisol Soengas, jefa del Grupo de Melanoma del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) en declaraciones a Science Media Centre España.
“Por otro lado, sorprende que se presenten así los datos de forma muy preliminar, sin publicación. Realmente no sabemos los detalles del ensayo clínico”, ha añadido la investigadora.
“La idea es personalizar vacunas, sobre todo en pacientes de melanoma, cuyos tumores adquieren muchísimas mutaciones. Es el tumor con mayor índice mutacional y tiene a veces tantas alteraciones que es difícil desarrollar una terapia personalizada”, ha aclarado.
Según explica, “se trata de un ensayo de prevención en pacientes a los que se les ha eliminado el tumor y además se han empezado a tratar en condiciones en las que no se observa metástasis en ganglios, vísceras ni cerebro -se intenta intervenir antes en pacientes que no han desarrollado metástasis todavía, pero están en riesgo-. Es un cuerpo de pacientes muy importante, pero seleccionado. Tiene sentido la elección porque los pacientes con melanoma responden relativamente bien a inmunoterapia”.
Para Soengas, es necesario tener en cuenta varias limitaciones a la hora de evaluar el impacto de la investigación. Por un lado, es importante destacar que el ensayo no ha podido ser revisado por pares, ya que no se ha publicado. Además, el trabajo también ha analizado “un grupo de pacientes muy particular: en riesgo de desarrollo de metástasis tras la cirugía. Tampoco les ha dado tiempo, es solo un año de seguimiento, un 44 % es muy importante, pero tendrán que continuar en el tiempo. Y también mirar en pacientes más avanzados”.