El volcán de Fuego de Guatemala, uno de los más activos del mundo y que mató a centenares de personas en 2018, preocupa estos días por una actividad más intensa de lo habitual. Un vulcanólogo explica las claves a Univision Noticias.
Mientras entraba en erupción un volcán submarino en las islas Toga, miles de guatemaltecos se preguntaban si los retumbos de estos días serán un aviso sobre su volcán de Fuego. Dos puntos lejanos con una coordenada común: pertenecen al cinturón de Fuego del Pacífico, que concentra algunas de las zonas sísmicas y volcánicas más importantes del mundo.
Guatemala, Tonga, Japón, Costa Rica, Chile, la temida falla de San Andrés en California comparten lugar en el mundo: uno en el que ocurren los mayores terremotos y las erupciones más violentas.
Quienes viven en la ciudad de Antigua contemplan cada día las explosiones del volcán de Fuego: una cada 15 o 20 minutos. Pero esa actividad se ha intensificado y preocupa.
“El volcán se encuentra en un estado de inquietud volcánica, es una alteración del sistema”, explica a Univision Noticias el costarricense Gino González, vulcanólogo de Volcanes sin Fronteras y doctorando en la Universidad de Bari, Italia.
“El volcán tiene un nivel base muy alto comparado con otros, pero ahora hay más sismicidad, más explosiones, más gas; esos son indicios de que algo adentro esta sucediendo”, indica el experto.
Centenares de muertos y desaparecidos en la erupción de 2018
El volcán de Fuego siempre ha sido muy activo pero lo es más desde 2012. “Posiblemente haya una alteración del volcán después de los terremotos en Centroamérica de ese año, ahora hay más erupciones grandes”, señala González.
La explosión del 3 de junio de 2018 mató a al menos 431 personas y dejó centenares de desaparecidos y heridos.
El peso de ese recuerdo cercano explica parte del nerviosismo por las últimas señales de mayor actividad en el volcán de Fuego.
“Esto es parte de ser un volcán activo. De momento no se espera algo catastrófico, sino que haya explosiones algo más grandes de lo habitual”, apunta el vulcanólogo.
Y añade: “Eventos extremos como lo ocurrido en Tonga no son tan comunes. El volcán de Fuego da indicios de que hay una actividad un poco mayor, por tanto las personas deben estar atentas a la información oficial y no confiar en cualquier publicación en redes sociales”.
Invertir en prevención, preparar a los ciudadanos
En Guatemala preocupa estos días que se han reportado retumbos en la capital, su área metropolitana y Sacatepéquez. Sin embargo, González recuerda que los retumbos pueden tener varios orígenes, no necesariamente un volcán aunque casi siempre se les asocie.
“Los retumbos pueden ser de varias fuentes, como efectos climatológicos, del interior como un terremoto, una erupción volcánica o incluso generados por una actividad humana”, explica.
Y añade: “Para que se sienta en la capital de Guatemala (a unas 30 millas, 50 kilómetros del volcán de Fuego), no necesariamente tienen que estar vinculados a un volcán, habría que analizarlo”. En estas labores está inmerso ahora el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH) del país.
El vulcanólogo defiende que las catástrofes no son culpa de los volcanes sino de la falta de estudio y preparación de los gobiernos. “Tenemos que conocer la historia del volcán, el estado base del volcán, el volcán casi siempre avisa antes de hacer una gran explosión“, indica.
También es clave tener a la población entrenada: se puede estar listo para la erupción de un volcán.
“Atentender emergencias como la del volcán del Fuego en 2018 o la de ahora en Tonga tiene un coste mucho más alto que prevenirlas. Cada 7 dólares invertidos en atención de emergencias se pueden evitar solo con un dólar en prevención y no se nos mueren personas“, argumenta.
Y anota: ” Los políticos piensan que ellos solo están tres años, que para qué invertir y que quizás la catástrofe ocurra en los próximos 30, pero les acaba tocando a ellos”.
“No debemos tener miedo, sino estar preparados”
El cinturón de Fuego del Pacífico lleva albergando estos eventos desde toda la historia de la humanidad. “No podemos tener miedo, tenemos que vivir con eso, vivimos en esta zona del mundo y va a ocurrir como ocurrió antes. Hay que entender que va a ocurrir y estar preparados”, explica el vulcanólogo costarricense.
Un elemento clave es la planificación de las construcciones con total respeto a las normas sísimicas actualizadas, indica. ” Lo que ocurrió en La Palma, en España, se sabía que iba a pasar. El volcán pide su espacio y eso hay que preverlo en el diseño territorial”, añade.
Se sabe que estos eventos van a suceder en algún momento, es algo que ha pasado y volverá a pasar, pero cuando lo hace “nos pone de nuevo los pies en la tierra”, concluye.
Fuente: Univision